martes, 1 de abril de 2014

Frustación

Hoy escribo desde la frustación. MiQueridaHija lleva una temporada muy rebelde. Me reta continuamente, desobedece deliberadamente, pega a su hermano pequeño y hace berrinches de 45 minutos a grito pelado.

Sé que entre los dos y los tres años pasan lo que se llama la primera adolescencia, pero esto me está sobrepasando. No responde a llamadas de atención de ningún tipo: ni duras, ni cariñosas, ni enfados, ni que la ignore, ni que le consienta especialmente. No funciona nada. Haga lo que haga siempre es peor. Pero no estoy cómoda. No me gusta enfadarme de más, ni esa sensación de impotencia.

Y eso que he intentado marcarle unos límites desde pequeña. No soy de las que les cuesta decir que no. Por eso no lo entiendo. Ni lo entiendo, ni me gusta. Y además no se enfrentarme a ello. Me parece que haga lo que haga es peor.

Al final siempre se acaba por agotamiento. Llora y grita hasta que se cansa y entonces si vuelve esa mamá cariñosa que a mi (y a ella) le gusta.

Supongo que será una época, pero, la verdad, me veo un poco superada. Tendré que aprender a tener mano izquierda.

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